Llegó el verano con sus «aires fluorados»

MANUEL SÁNCHEZ CARSMAROBE

En los últimos años, la problemática ambiental que gira en torno al sector del automóvil ha sido un tema de gran interés y aún mayor debate. Las normas Euro, los filtros de partículas, el Adblue… Incluso desde Carsmarobe hemos sido críticos y nos hemos lanzado a escribir acerca de estas cuestiones en este mismo blog.

Hace poco hemos estrenado un nuevo verano y lo cierto es que la época estival ha sido históricamente, y en este sentido, especialmente compleja. Hace tiempo, el aire acondicionado de los vehículos funcionaba con sustancias de elevado poder destructivo del ozono estratosférico. Hoy día, los coches cargan gases fluorados, que no afectan a la capa de ozono pero que, sin embargo, tienen un elevado potencial de calentamiento atmosférico y una larga permanencia en la atmósfera, lo que contribuye al denominado “efecto invernadero” y al tan debatido cambio climático. De hecho, los gases fluorados se incluyeron en el Protocolo de Kyoto. que entró en vigor en el año 2005.

En España, es el Real Decreto 795/2010 el que regula el marco de certificación del personal involucrado en la instalación, mantenimiento, control de fugas, etc. de estos gases. Tanto es así que para poder manipular esta sustancia es absolutamente obligatorio disponer de un Certificado de Manipulador de Gases Fluorados, individual e intransferible.

En Carsmarobe hace años que impartimos formaciones específicas de este contenido, habiendo expedido a día de hoy más de 3.500 carnets. Desde profesionales del sector con amplísima experiencia, hasta alumnos de Formación Profesional, como los compañeros del Centro Integral de Formación Profesional Profesor Raúl Vázquez este mismo mes de junio. Son varios los perfiles que deciden obtener su certificación ya que, sin ella, no podrán manejar estos gases y, de hacerlo, podrían ser multados con altas cantidades económicas.

Para los talleres, la problemática de los gases fluorados va más allá del propio medio ambiente. Y es que, además, la reparación de los tan variados y dispares sistemas de climatización de última generación es en ocasiones especialmente compleja. En este sentido, los servicios de asistencia técnica son un grandísimo apoyo para el profesional. Más aún cuando de un telefonazo, en esta época en la que afortunadamente los talleres tenemos una rebosante carga de trabajo, el técnico ve resuelta su duda o necesidad sin esperas, emails, blogs ni un sinfín de medios que en definitiva sólo ralentizan la resolución de su problema y el flujo de su trabajo. A fin de cuentas, cuanto más efectivos seamos en nuestra labor, más vehículos podremos atender. Sin obviar que los clientes buscan profesionalidad pero también rapidez de respuesta en sus reparaciones, para así disponer de sus vehículos en la mayor brevedad posible y poder escapar a esa playa o montaña, lejos de la ciudad y el fastidioso día a día.

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