Las carreteras autorreparables

El estado de las carreteras españolas es igual o peor que en el año 1985. Así al menos lo asegura la Asociación Española de la Carretera en un informe que ha publicado recientemente y en el que denuncia el lamentable estado del firme español. Grietas, asfalto pulido, señales que no se ven…son sólo algunas de las deficiencias que presentan nuestras calzadas. Deficiencias que, en un futuro, podrían llegar a solucionarse solas.


La bacteria “asfáltica”



Esta técnica, en plena fase de investigación, se basa en un tipo de bacteria que, en el proceso de su digestión, segrega piedra caliza que rellena las posibles grietas del firme. Su aplicación resulta sencilla: se introducen unas cápsulas en el hormigón que contienen las bacterias y su alimento. En el momento en el que entra humedad en la cápsula, las bacterias despiertan y comienzan su proceso de “reparación”. Esta novedosa técnica, que aún está en desarrollo, se podría aplicar también en edificios. Y lo que es mejor, no solo se puede aplicar en las nuevas construcciones, sino que se pueden introducir estas cápsulas a posteriori en las construcciones actuales y sellar las grietas.


La resina auto-selladora y la carretera que se derrite



El caso de la resina autorreparadora no es menos llamativo. Consiste en incluir cápsulas de 5mm en el asfalto de modo que, en el momento en el que éste se desgarrase, la cápsula se quiebre y deje escapar la resina, rellenando así la grieta.


En Holanda están experimentando con un peculiar asfalto que incluye en su composición lana de acero, componente que se usa en los estropajos. El objetivo, usando para ello una máquina de inducción, es que el asfalto se reblandezca y selle las roturas. De vuelta a su temperatura normal, el asfalto estará como nuevo. Esta técnica se ha usado con éxito en un tramo de carretera de Vlissingen (Holanda) y supone un coste mucho menor que el de las reparaciones del asfalto convencional; Tan solo un incremento del 25% en el precio del asfalto.

El gobierno alemán, a través de su publicación “Carreteras del Siglo XXI”, ha planteado un plan de actuación en el que estiman que en 2020 se empezarán a introducir estos sistemas autorreparables, y que estarán completamente establecidos en 2030. Hasta entonces, más vale tener la suspensión y los neumáticos en forma para luchar contra los baches.