El futuro de la automoción habla español



Motores eléctricos, conectividad, conducción autónoma…el salto tecnológico de la automoción en los últimos años ha sido vertiginoso. Cada día hay más avances en nuestros coches para hacerlos más seguros y respetuosos con el medio ambiente. Pero el futuro es aún más brillante y habla castellano. No solo por la trasmisión magnética. En 2014, varios proyectos españoles han arrojado luz y soluciones factibles al futuro de la automoción.


Carreteras que producen energía



Convertir las carreteras en fuentes de energía. Ese es objetivo del estudio “Roads as Energetic Crops: Carreteras Energéticas mediante Captación Piezoeléctrica”, ganador del V Premio Internacional a la Innovación en Carreteras Juan Antonio Fernández del Campo. En él, Antonio Pérez Lepe, doctor en Ingeniería Química del Centro Tecnológico de Repsol y autor principal del proyecto, explica que colocando receptores y captadores de energía de bajo voltaje en el asfalto se podría recolectar energía procedente del tráfico rodado que de otro modo se perdería.


Baterías de Grafeno: la pila española



La autonomía y el largo periodo de carga de las baterías son unos de los mayores escoyos de los coches eléctricos. Sin embargo, unos ingenieros españoles han utilizado el material del futuro, el grafeno, para desarrollar unas baterías que prometen acabar con estos problemas. Pero, ¿Qué es el grafeno?


El Grafeno es un material artificial tan fino como un átomo y tan resistente como el diamante, flexible y conductor de la electricidad. La empresa Grapehnano, pionera en la producción de este material en nuestro país, y la Universidad de Córdoba, a través de la empresa Grabat Energy, producirán las primeras baterías de polímero de grafeno y serán enviadas a importantes empresas alemanas, fabricantes de automóviles, para probarlas en sus prototipos eléctricos. Las baterías de grafeno son capaces de producir hasta 600 Wh/kg, dejando muy lejos a las actuales de iones de litio que, en el mejor de los casos, logran 180 Wh/kg. Esto, sumado a la autonomía de casi 1.000 Kilómetros y a un tiempo de carga de 8 minutos, llevaría un paso más allá a los coches eléctricos.


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